Y ya, por fin, con esta serie de fotos, terminamos las dedicadas a este festival.
V.O.: El atractivo de poder vistar alguna exposición más demoró nuestra entrada al recinto de los conciertos, por lo que sólo tuvimos ocasión de ver cómo terminaban la última canción del repertorio.
V.O.: El atractivo de poder vistar alguna exposición más demoró nuestra entrada al recinto de los conciertos, por lo que sólo tuvimos ocasión de ver cómo terminaban la última canción del repertorio.
Pin & Pon DJ's: Nos dieron la bienvenida, nos amenizaron los intermedios entre conciertos y nos hicieron bailar hasta altas horas de la madrugada.
Novö: Guitarras potentes formando atmósferas densas. Samplers de fondo detrás de un buen trabajo a doce cuerdas.
Centenaire: Música variopinta con alma rock sazonada con multitud de instrumentos.
Manos de Topo: Una vez uno se acostumbra a la voz de Fraggel y se puede meter en las letras, queda prendado de este grupo.
Pin & Pon DJ's: Más música, más discos, más animación. Cerraron la sesión con Smells like teen spirit.
The High Llamas: Se les veía rodaje a éstos, ya apuntaban a que iba a ser un concierto muy preparado. Melódicos, elegantes, se dejaban escuchar con agrado.
La Casa Azul: Podría haber sido algo divertido. Además del mérito que puede tener el defender una sola persona esa propuesta, la música iba a invitar a un buen bailoteo. Pero jugaba con la afición en contra. Tal y como pasó el jueves, había gente que sacó la entrada sólo para un concierto. Gente con tan poca educación que se pasaron las dos actuaciones anteriores guardando sitio en las primeras filas pero no dejando escuchar. A partir de ahí, todo lo que pueda decir sobre La Casa Azul queda distorsionado, así que lo mejor es no decir nada.
Y con los dj's en la minicarpa bailando hasta sabe quién qué horas, historias diversas de las que pasan en los festivales...
Hasta el año que viene, a ver si es mejor.